lunes, 11 de junio de 2007
Pequeñas Cosas
Camino por las calles y en cada mujer veo tu rostro.El sabio poeta en su monólogo profundo recuerda tus manos, y el efluvio de tu piel yace perdido como el alabastro en un mar de ébano. Mis ojos profesan que son sólo el prólogo de tus labios.Y ahí estás, con la pulcritud de tu luz, iluminando el jardín que ama, miente,llora y vive con el vago recuerdo de tu voz...
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